1.- Batir las yemas de huevo, el azúcar y la sal con varillas hasta que no se note el azúcar. Tiene que quedar como una crema esponjosa y muy clarita.
2.- Añadimos el azúcar invertido mientras seguimos batiendo con las varillas.
3.- Incorporamos el queso poco a poco batiendo con cuidado de que la mezcla no pierda aire.
4.- En otro cacharro montamos la nata.
5.- Por último, vamos añadiendo la nata montada poco a poco, con movimientos envolventes a la mezcla de las yemas, azúcar y queso. Cuanto menos aire pierda al mezclar más cremoso quedará el helado.
6.- Al congelador y listo. Si en las primeras horas de congelación: lo sacas, lo bates un poco y al congelador otra vez te quedará perfecto.
****Lo puedes acompañar de un coulis de fresa o frutos rojo.
También queda estupendo con un poco de chocolate caliente por encima.